Reacciona. ¡Te Amo!

Hola, cariño...

Escucho tus gritos resonar en la habitación. Trato de respirar y no empeorar lo que sucedió. Mi decisión no la cambio y tu arrogancia no la merezco. Rompiste lo único sagrado entre los dos. El Amor.

¿Cómo pretender que nada pasó si te encargas de recordarlo cada cinco minutos?

También me duele, también lo siento. ¡Era lo único sagrado y puro después de ti!

¿Recuerdas nuestros primeros días en este matrimonio? Yo sí.  Es eso lo que me mantuvo a tu lado durante diez años. ¡Quiero ser feliz! Lo perdí a él y no comparto tu opinión de que seas el culpable.

Lo siento no puedo creerme la solución si soy parte del problema.

Rompiste tus manos de tanto golpear la pared. No pensaste como estaba yo. Gritaste miles de veces y un día en tu desespero me golpeaste. Sentí como si me enterraran otro puñal en la espalda. ¡Cállate ya y escúchame! Lo tuve en mi vientre nueve meses. Mientras tú nos cantabas todas la noche. Sentí nauseas y  antojos los cuales complaciste. Cuando nació estabas ahí apoyándonos a los dos. Cuando estuvo en encovadura le cantaste y yo te veía hacerlo.

Eras el padre que siempre quise para mi hijo... y lo tuve por corto tiempo, pero lo tuve. No quisiera perder tu amor como lo perdí a él. Si no fuera porque cada día te amo más no se si seguiria viva.

Reacciona. ¡Te amo!

Carta de una joven madre que perdió a su hijo. Y le pide a su esposo que juntos afronten una realidad.